Hace unos días comentaban en la radio respecto a los buenos resultados económicos que están obteniendo algunas empresas españolas "a pesar" de la crisis. Decían que mientras la bolsa de valores sigue dando tumbos, mientras muchas empresas están envueltas es cierres y reducciones de plantilla, existe un privilegiado grupo de empresas "las joyas" españolas que están haciendo bien las cosas y por tanto sus ingresos y beneficios no se han visto afectados por la crisis. Entre ellas destacan Telefónica, Repsol y el Banco Santander, grupos transnacionales que han tenido la inteligencia de internacionalizar sus operaciones a otras geografias como América Latina, de dónde actualmente obtienen gran parte de sus beneficios.
Hasta allí todo bien. Cualquier empresa gestionada con inteligencia debería estar en capacidad de buscar nuevos mercados dónde conseguir resultados positivos mientras su mercado local atraviesa una fuerte crisis. Pero América Latina no siempre es vista como un "mercado", un lugar donde colocar productos o desarrollar servicios, sino más bien es considerado como un lugar de donde extraer "cosas" a muy bajo precio o gratis. La lógica empresarial se desvirtúa cuando aquella "inteligencia" para la gestión de los negocios deja de lado o no considera los impactos económicos, sociales y medioambientales de sus acciones.
Las tres multinacionales mencionadas no son las únicas empresas españolas que operan en Latinoamérica, gracias a la globalización y a la tecnología que acorta tiempos y distancias, son miles las empresas españolas que operan en el "nuevo mundo". Y no todas destacan precisamente por la buena gestión que realizan. La inversión privada es necesaria para un país (ya sea local o extranjera), está bien hablar de globalización. El problema es cuando esta globalización promueve el saqueo en unos lugares [sur] para el beneficio consumista en otros lugares [norte], el problema surge es cuando el dinero y el poder vuelven egoista y corrompen al ser humano.
A veces para un ciudadano común no es posible darse cuenta que el sistema de vida en Europa [por ejemplo] se sostiene bajo la explotación de regiones como América Latina y África, es algo difícil de entender o relacionar directamente, pero, por desgracia ese hecho insostenible acabará pasando factura a todos.. no solo al tercer mundo sino a todo el planeta.
Relacionado a esto, Greenpeace España presentó a inicios de mes el informe "Los nuevos conquistadores. Multinacionales españolas en América Latina", donde se analiza el comportamiento de las mayores empresas españolas y los impactos sociales y medioambientales de sus actividades en aquel continente. El estudio recoge cómo empresas españolas están involucradas en situaciones de destrucción del medio natural, violaciones de derechos humanos y abusos laborales. Al mismo tiempo, se pide que los Gobiernos españoles supediten el apoyo a estas empresas al cumplimiento de los estándares y principios nacionales e internacionales.
Greenpeace cita algunos ejemplos:
- Endesa quiere construir en la Patagonia chilena cinco grandes represas que arrasarán un ecosistema virgen y que han suscitado un gran rechazo local.
- Endesa, Unión Fenosa e Iberdrola apuestan en América Latina por la generación de energía sucia basada en fuentes no renovables. Proyectan construir cinco centrales eléctricas de carbón en Guatemala.
- Repsol ha causado vertidos de petróleo con graves daños al medio ambiente en Ecuador, Argentina y Bolivia, ha violado los derechos de comunidades indígenas, y ha sido acusada de fomentar la violencia en Colombia. En Bolivia llegó al extremo de poner a su nombre las reservas de hidrocarburos para subir la cotización de sus acciones en la Bolsa.
- Empresas turísticas españolas están fomentando en varios países, pero especialmente en México, un modelo de turismo depredador que arrasa bosques de manglares costeros y zonas vírgenes.
- Pescanova ha practicado la sobreexplotación de recursos pesqueros en Chile, mientras Calvo ha sido acusada de contaminación y violación de los derechos laborales en El Salvador. Qué decir de Prisa y Santillana, que se apropiaron de empresas de comunicación (telefónicas, cadenas de radio y televisión, editoriales) y dirigen la campaña mediática contra los cambios sociales de los gobiernos progresistas del continente.
Son conocidas la usura y las especulaciones financieras de las entidades bancarias del Grupo Santander (en Venezuela fue nacionalizado) y BBVA.
Apunta Greenpeace: “las multinacionales españolas que operan en América Latina siguen un modelo de obtención de máximos beneficios en el plazo de tiempo más breve posible, vulnerando derechos y mediante la presión a autoridades locales. Los gobiernos españoles, de cualquier color político, las apoyan activamente con el argumento de que se trata de la defensa de los intereses españoles en el exterior”. Sus actuaciones están respaldadas por el rey Juan Carlos de Borbón que, como accionista de estas empresas, las hace intocables. La empobrecida Corona Española de hace veinte años hoy figura entre las más ricas del mundo.
Anónimo
29 de octubre de 2009, 4:30