El saldo que nos va dejando la crisis financiera al dia de hoy es digna de una novela, ¿quien hubiese imaginado hace unos meses, que los liberales más conservadores esten ahora suplicando por las nacionalizaciones? ¿apostando por el estatismo? . Pero estos son los tiempos que corren, y sabemos que todo esta crisis se ha estado cocinando por el sistema durande décadas y aunque sus creadores ya han sacado el máximo beneficio posible : aún quieren más. Lamentablemente aun queda mucha paja por quemarse en esta crisis financiera global.
(Lei en Democracynow ). La crisis financiera en la que se encuentra sumido Estados Unidos produjo que algunos de los bancos y compañías aseguradoras más importantes suplicaran al gobierno que realice un enorme desembolso de dinero para sacarlos de la crisis. Las industrias banquera, financiera, de inversiones y aseguradora, durante mucho tiempo acérrimos enemigos de los impuestos, ahora necesitan dinero de los contribuyentes de la clase trabajadora para mantenerse a flote. Los contribuyentes deberían estar al mando, entonces. En lugar de ello, los ricos, los reguladores y aquellos a los que los reguladores no han sido capaces de regular toman decisiones a puertas cerradas, decisiones que pesarán sobre la población durante décadas.
Primero, la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos acordaron una costosa operación de rescate financiero de 85.000 millones de dólares para salvar a la gigante de los seguros AIG. (Y ahora quieren destinan otros 700.000 millones de los contribuyentes a rescatar lo que queda del sistema). Este acontecimiento ocurre justo después de la repentina bancarrota de Lehman Brothers, el banco de inversión de 158 años de antigüedad; la angustiosa venta de Merrill Lynch a Bank of America; el rescate financiero de Fannie Mae y Freddie Mac; la quiebra del banco minorista IndyMac; y la compra de Bear Stearns por parte de JPMorgan Chase, que cuenta con garantía del gobierno federal. Con 103.000 empleados y más de 1 billón de dólares de activo, AIG fue considerado “demasiado grande para dejarlo quebrar”. Según los reguladores, una quiebra sin control podría provocar una inestabilidad financiera global. Los contribuyentes estadounidenses ahora son dueños de casi el 80% de AIG, así que la venta controlada de AIG permitirá a esos contribuyentes recuperar su dinero, en teoría. No es tan sencillo.
La crisis financiera posiblemente se profundizará. Más bancos e instituciones financieras podrían quebrar. Millones de personas compraron sus viviendas con las turbias hipotecas de alto riesgo y ya han perdido sus casas o las perderán pronto. Las financieras incluyeron estas hipotecas en complejos “bonos hipotecarios” y otros planes de inversión derivados. Los inversores se lanzaron a comprar salvajemente estos derivados con más y más dinero prestado.
Nomi Prins ha estado al frente del grupo de analistas europeos de Bear Stearns, y también trabajó para Lehman Brothers. “AIG no operaba solamente como una empresa de seguros,” dijo. “Funcionaba como un banco de inversiones especulativas, de inversiones de alto riesgo, igual que Bear Stearns, igual que Lehman Brothers, así como también funcionará Bank of America/Merrill Lynch. Así que tenemos una situación en la que el gobierno de Estados Unidos asume el riesgo de unos instrumentos financieros que apenas comienza a entender.”
Nomi continuó: “Se trata de tomar deuda en exceso y pedir dinero prestado para ir por más riesgo y volver a pedir más dinero, una y otra vez, de 25 a 30 veces el monto de capital propio. … Tenían que necesariamente darle respaldo a los préstamos que estaban tomando … No había transparencia para la Reserva Federal, para la Comisión de Valores, para el Departamento del Tesoro o para cualquiera que se hubiera tomado la molestia de analizar la catástrofe que se estaba gestando, de modo que cuando alguna de las piezas cayera, ya fueran las hipotecas de alto riesgo o las garantías para créditos complejos, todo estaría bajo una montaña gigantesca de préstamos entrelazados de manera incestuosa, y eso es lo que está derrumbando a todo el sistema bancario.”
Como estos apostadores de alto vuelo están perdiendo todo el dinero de sus bancos, le toca al contribuyente acudir en su rescate. Michael Hudson, profesor de economía de la Universidad de Missouri, Kansas City y asesor en temas económicos del representante Dennis Kucinich, opina que un uso más sensato del dinero sería “salvar a estos 4 millones de propietarios del incumplimiento del pago de sus hipotecas y de ser expulsados de sus hogares. A como están las cosas ahora, los van a expulsar de las casas. Esas casas van a quedar vacías. Las ciudades van a perder impuestos a la propiedad y van a verse obligadas a recortar los gastos locales y reducir la infraestructura local. Se está sacrificando la economía en pos de pagarle a los apostadores.”
Prins siguió explicando: “Estamos nacionalizando la peor parte del sistema bancario … Estamos asumiendo riesgos que no podemos comprender. Así que es incluso más riesgoso.”
Nomi continuó: “Se trata de tomar deuda en exceso y pedir dinero prestado para ir por más riesgo y volver a pedir más dinero, una y otra vez, de 25 a 30 veces el monto de capital propio. … Tenían que necesariamente darle respaldo a los préstamos que estaban tomando … No había transparencia para la Reserva Federal, para la Comisión de Valores, para el Departamento del Tesoro o para cualquiera que se hubiera tomado la molestia de analizar la catástrofe que se estaba gestando, de modo que cuando alguna de las piezas cayera, ya fueran las hipotecas de alto riesgo o las garantías para créditos complejos, todo estaría bajo una montaña gigantesca de préstamos entrelazados de manera incestuosa, y eso es lo que está derrumbando a todo el sistema bancario.”
Como estos apostadores de alto vuelo están perdiendo todo el dinero de sus bancos, le toca al contribuyente acudir en su rescate. Michael Hudson, profesor de economía de la Universidad de Missouri, Kansas City y asesor en temas económicos del representante Dennis Kucinich, opina que un uso más sensato del dinero sería “salvar a estos 4 millones de propietarios del incumplimiento del pago de sus hipotecas y de ser expulsados de sus hogares. A como están las cosas ahora, los van a expulsar de las casas. Esas casas van a quedar vacías. Las ciudades van a perder impuestos a la propiedad y van a verse obligadas a recortar los gastos locales y reducir la infraestructura local. Se está sacrificando la economía en pos de pagarle a los apostadores.”
Prins siguió explicando: “Estamos nacionalizando la peor parte del sistema bancario … Estamos asumiendo riesgos que no podemos comprender. Así que es incluso más riesgoso.”
La debacle del sistema financiero es un asunto de ambos partidos. Ambos candidatos presidenciales, John McCain y Barack Obama, han recibido millones de dólares de estas mismas empresas que están quebrando y que se aprovechan de la asistencia gubernamental que resulta en beneficencia corporativa. En 1999, el presidente Clinton y su Secretario del tesoro, Robert Rubin (ahora asesor en temas económicos de Obama), fueron los principales promotores de la derogación de la Ley Glass-Steagall, ley que fue aprobada en 1929 tras el comienzo de la Gran Depresiónpara ponerle freno a la especulación que condujo a semejante calamidad. En el Congreso, la derogación fue impulsada por el ex senador republicano Phil Gramm, uno de los ex principales asesores de McCain. Los políticos dependen demasiado de Wall Street como para poder hacer algo....
Imagen de http://www.allanmcdonald.com/
"Decimos que no tenemos dinero para erradicar la pobreza. Que es imposible. Pero de repente, ¡anda! sí que tenemos 700.000 millones de dólares para salvar de la quiebra a Wall Street."
– Bernie Sanders, senador de EE.UU
Anónimo
24 de septiembre de 2008, 9:24