En el principio. . . fue la línea de comandos


En el principio... fue la línea de comandos es un pequeño ensayo escrito por Neal Stephenson en 1 999, aunque podría decir que no está  a la altura de sus grandes obras como Snow Crash o Cryptonomicon, vale la pena su lectura [aún 10 años después de haber sido escrita]. De hecho no es comparable con las obras mencionadas porque no se trata de una lectura de ciencia ficción, sino más bien de una reflexión respecto al inicio de los Sistemas Operativos y de cómo una empresa como Microsoft pudo construir un imperio comercial a base de vender un intangible como es el software: un conjunto de unos y ceros puestos en algún sitio; algo que los usuarios no pueden ver ni tocar, que no saben cómo funciona, ni que hace; y en mcuhos casos no sabemos siquiera para qué sirve. Pero que es parte de la tecnología actual (en ordenadores, móviles y otros periféricos) muy presente en nuestra vida diaria.

Su lectura es bastante entretenida para cualquiera mínimamente interesado en tecnología o internet ya que está escrito de un modo bastante personal, utilizando anécdotas personales de Stephenson. A continuación un estracto de uno de los primeros capítulos, haciendo una analogía entre Windows (Miccrosoft), MacOS/Macintosh (Apple) y Linux (Software Libre):

"Imagínense un cruce de carreteras donde hay cuatro puntos de venta de coches. Uno de ellos (Microsoft) es mucho, mucho mayor que los demás. Comenzó hace años vendiendo bicicletas de tres velocidades (MS-DOS); no eran perfectas, pero funcionaban y, cuando se rompían, se arreglaban fácilmente. Enfrente estaba la tienda de bicicletas rival (Apple), que un día empezó a vender vehículos motorizados: coches caros, pero de estilo atractivo, con los mecanismos herméticamente sellados, de tal modo que su funcionamiento era algo misterioso.
La tienda grande respondió apresurándose a sacar un kit de actualización (el Windows original) al mercado. Se trataba de un dispositivo que, cuando se atornillaba a una bicicleta de tres velocidades, le permitía seguir, a duras penas, el ritmo de los coches Apple... Pero los Micro-motopedales eran baratos, y fáciles de reparar comparados con los coches Apple, y su cuota de mercado creció.

Al final la tienda grande acabó por sacar un coche en toda regla: un monovolumen colosal (Windows 95). Sin encanto estético, perdía aceite y le estallaban las bujías, pero fue un éxito tremendo. Poco tiempo después, sacaron también un enorme vehículo para la circulación fuera de carretera destinado a usuarios industriales (Windows NT), que no era más bonito que el monovolumen, y sólo algo más fiable. Desde entonces ha habido un montón de ruido y gritos, pero poco ha cambiado. La tienda pequeña sigue vendiendo elegantes sedanes de estilo europeo y gastándose mucho dinero en campañas publicitarias. Tienen carteles de «¡LIQUIDACIÓN!» puestos en el escaparate desde hace tanto tiempo que ya están amarillos y arrugados. La tienda grande sigue fabricando monovolúmenes y vehículos de circulación fuera de carretera cada vez más grandes.


Al otro lado de la carretera hay dos competidores que llegaron más recientemente. Uno de ellos, (Be, Inc.) vende batmóviles plenamente operativos (los BeOS) [Be Inc. entró en bancarrota en el 2001]. Son más bonitos y elegantes incluso que los eurosedanes, mejor diseñados, más avanzados tecnológicamente y al menos tan fiables como cualquier otra cosa en el mercado: y sin embargo son más baratos que los demás.  Con una excepción, claro: Linux, que está enfrente mismo, y que no es un negocio en absoluto. Es un conjunto de tiendas de campaña, yurtas, tipis y cúpulas geodésicas levantadas en un prado y organizadas por consenso. La gente que vive allí fabrica tanques,... hechos de materiales de la era espacial y llenos de sofisticada tecnología de arriba abajo. Han sido modificados de tal modo que nunca, nunca se averían, son lo bastante ligeros y maniobrables como para usarlos en la calle y no consumen más combustible que un coche compacto. Estos tanques se producen ahí mismo a un ritmo aterrador, y hay un número enorme de ellos alineados junto a la carretera con las llaves puestas. Cualquiera que quiera puede simplemente montarse en uno y marcharse con él gratis.

Los clientes llegan a este cruce en multitudes, día y noche. El noventa por ciento se van derechos a la tienda grande y compran monovolúmenes o vehículos para circulación fuera de carretera. Ni siquiera miran las otras tiendas. Del diez por ciento restante, la mayoría va y compra un elegante eurosedán, deteniéndose sólo para mirar por encima del hombro a los filisteos que compran monovolúmenes y vehículos para circulación fuera de carretera. Si acaso llegan a fijarse siquiera en la gente al otro lado de la carretera, vendiendo los vehículos más baratos y técnicamente superiores, estos clientes los desprecian, considerándolos lunáticos y descerebrados.

La tienda de batmóviles vende unos cuantos vehículos al maniático de los coches de ocasión que quiere un segundo vehículo además de su monovolumen, pero parece aceptar, al menos de momento, que es un jugador marginal. El grupo que regala los tanques sólo permanece vivo porque lo llevan voluntarios, que se alinean al borde de la calle con megáfonos, tratando de llamar la atención de los clientes sobre esta increíble situación. Una conversación típica es algo así:

Voluntario con megáfono: ¡Ahorra dinero! ¡Acepta uno de nuestros tanques gratis! ¡Es invulnerable, y puede atravesar roquedales y ciénagas a ciento cincuenta kilómetros por hora consumiendo dos litros a los cien!

Futuro comprador de monovolúmen: Ya sé que lo que dices es cierto. . . pero. . . eh. . . ¡yo no sé mantener un tanque!

megáfono: ¡Tampoco sabes mantener un monovolumen!

comprador : Pero esta tienda tiene mecánicos contratados. Si le pasa algo a mi monovolumen, puedo tomarme un día libre de trabajo, traerlo aquí y pagarles para que trabajen
en él mientras yo me siento en la sala de espera durante horas, escuchando música de ascensor.

megáfono: ¡Pero si aceptas uno de nuestros tanques gratuitos te mandaremos voluntarios a tu casa para que lo arreglen gratis mientras duermes!

comprador : ¡Manténte alejado de mi casa, bicho raro!

megáfono: Pero. . .

comprador : ¿Pero es que no ves que todo el mundo está comprando monovolúmenes? "

El libro está disponible en PDF con licencia creative commons Aqui

Algunas cosas han cambiado en 10 años... otras no.

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